“En una palabra, mindfulness es atención” (Niemic, 2013). Consiste en poner atención de una manera específica a todo lo que ocurre, al ambiente o a una situación en especial, momento a momento, con un propósito y sin juicio alguno, sin crítica. El mindfulness o atención plena es una práctica originaria del budismo que se ha visto tiene grandes beneficios para nuestra vida, esta práctica no tiene nada que ver con el ser budista sino más bien con la relación que tenemos como personas con nuestra vida y el vivir en harmonía con nosotros mismos. Según los budistas estamos en un estado de adormecimiento en donde todas nuestras acciones están automatizadas y nos encontramos viviendo de manera inconsciente. El mindfulness nos permite despertar y vivir nuestras vidas teniendo acceso a todas nuestras posibilidades del consciente y del inconsciente. Con esta experiencia se sugiere que a través de la introspección hacia nuestro ser y nuestra mente seremos capaces de vivir una vida más satisfactoria, en armonía y sabiduría (Kabat- Zinn, 2001).
Teniendo en cuenta esto, la atención que podamos prestar a nuestra vida será de mucha ayuda para poder viajar del inconsciente a la consciencia sobre lo que vivimos. Uno de los elementos que se encuentra presente día a día en todas las personas son las emociones agradables o desagradables, las emociones nos acompañan durante todo el día, con frecuencia no les ponemos atención y esto, a veces, nos lleva a acumularlas sin llegar a entenderlas, a disfrutarlas si son agradables, como la inspiración o el amor o si son emociones desagradables, como la tristeza o el enojo su acumulación puede llevarnos a la depresión, el estrés o la ansiedad. La idea es poder poner atención a nuestras emociones, ¿cómo se sienten en nuestro cuerpo?, ¿qué pensamientos están en nuestra mente cuando las experimentamos?, ¿qué acciones nos generan? etc. Poder pausar un momento y hacer una evaluación de ellas.
Para poder practicar el mindfulness de las emociones les propongo un ejercicio en donde en un momento que tengan del día pausen y se pregunten, ¿cómo me siento?, ¿qué emoción estoy sintiendo ahora? Hay muchas más emociones que las que Pixar nos enseñó en la película Intensamente, no solo tristeza, alegría, enojo, miedo y desagrado, sino que hay miles de palabras en el lenguaje español relacionadas con las emociones, decepción, nostalgia, pena, aburrimiento, malestar, preocupación, gusto, deleite, ilusión, placer, serenidad, orgullo, diversión, inspiración, amor, esperanza entre muchas más. Identifica la emoción y trata de relacionarla con tu cuerpo; qué se siente tener esa emoción en tu cuerpo, donde se puede sentir; en tu pecho, tu garganta, tu abdomen; relaciónala con tus pensamientos, ¿porqué estoy experimentando esta emoción?, ¿qué pensamiento me genera la emoción? y relaciónala con tus acciones ¿hay algo que estoy haciendo debido a esa emoción o no? a lo mejor estas rumiando un pensamiento que te preocupa, quizá estás siendo poco tolerante con tus hijos o tu pareja o quizá en este momento quisieras gritar de la emoción o abrazar a alguien.
Identificar las emociones, ponerles nombre y poner atención a ellas te ayudará a poder gestionarlas y controlarlas, evitando que las emociones, sobretodo aquellas que son desagradables, te controlen a ti. Te permitirá también saborear las emociones agradables, disfrutarlas y esto es el comienzo para la inteligencia emocional.
De mis herramientas te comparto un ejercicio sobre Mindfulness y emociones que puedes practicar solo o en pareja
Referencias Kabat-Zinn, J. (2001), Mindfulness Meditation for everyday life, London, UK, Piatkus Books
Niemic, R. M. (2013). Mindfulness & Character Strengths. USA: Hogrefe Publishing.
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