Todos hemos pasado por momentos difíciles en la vida. Algunas personas prefieren escribir sobre sus experiencias, otras hablar con amigos y familiares, y otras simplemente prefieren pensar en la situación en privado. ¿Pero realmente importa cómo procesamos estas experiencias?
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de California, Riverside, analizó las consecuencias de escribir, hablar y pensar sobre eventos significativos, tanto positivos como negativos. Los investigadores dividieron a los participantes en tres grupos:
1. Escritura: Este grupo escribió sobre sus experiencias.
2. Hablar: Este grupo grabó sus experiencias en una grabadora de audio.
3. Pensar: Este grupo pensó en sus experiencias en privado.
El estudio se centró en dos tipos de eventos: experiencias traumáticas o negativas y experiencias felices o positivas.
En cuanto a las experiencias negativas, los investigadores descubrieron que escribir y hablar sobre ellas se asoció con mejoras en la satisfacción con la vida y la salud mental y física en comparación con solo pensar en ellas. Se cree que esto se debe a que la naturaleza organizada del lenguaje, ya sea escrito o hablado, obliga a las personas a estructurar y analizar sus problemas, lo que puede llevar a una mayor comprensión y aceptación. Por el contrario, pensar en experiencias traumáticas puede degenerar en pensamientos negativos repetitivos y obsesivos, lo que dificulta la superación.
En cuanto a las experiencias positivas, los resultados fueron diferentes. El estudio encontró que pensar en experiencias positivas se asoció con una mayor satisfacción con la vida en comparación con escribir o hablar sobre ellas. Los investigadores sugieren que analizar experiencias positivas, como se hace al escribir o hablar, puede llevar a cuestionar la buena fortuna, considerar los posibles inconvenientes y disminuir el placer asociado con ellas. Por otro lado, pensar repetidamente en eventos felices permite saborearlos, revivirlos y mantener las emociones positivas que los rodean.
Este estudio sugiere que la forma en que procesamos nuestras experiencias, ya sean buenas o malas, puede tener un impacto significativo en nuestro bienestar. Si bien escribir o hablar sobre experiencias traumáticas puede ser beneficioso, es posible que sea mejor simplemente disfrutar de los momentos felices sin analizarlos demasiado.
Es importante tener en cuenta que estos hallazgos se basan en un estudio con estudiantes universitarios y que se necesita más investigación para confirmar estos resultados en otros grupos de edad y contextos. Sin embargo, este estudio ofrece información valiosa sobre cómo podemos gestionar mejor nuestras experiencias para maximizar nuestro bienestar.
Fuente: Lyubomirsky, S., Sousa, L., & Dickerhoof, R. (2006). The costs and benefits of writing, talking, and thinking about life’s triumphs and defeats. Journal of Personality and Social Psychology, 90(4), 692–708. https://doi.org/10.1037/0022-3514.90.4.692
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